Las persianas enrollables son una solución práctica y atractiva para proteger y aislar las ventanas. Ofrecen mayor seguridad, mejor aislamiento térmico y protección contra el sol. Una de las opciones técnicas que hay que tener en cuenta al instalar persianas enrollables es el tipo de enrollamiento: exterior o interior. Cada una de estas opciones tiene sus ventajas e inconvenientes, en función de la configuración de la vivienda, los requisitos estéticos y las prestaciones de aislamiento deseadas.

Bobinado externo

El enrollamiento exterior de las persianas ofrece una serie de ventajas estéticas y prácticas.

El cajón de persiana no sobresale del muro, manteniendo el relieve original de la fachada y evitando cualquier cambio antiestético en el exterior del edificio. Se adapta mejor a las casas tradicionales.

Además, esta configuración preserva la luz natural en el interior de las habitaciones, ya que la caja no invade la superficie acristalada de la ventana.

Sin embargo, en caso de avería, los trabajos en las lamas o el motor pueden resultar más complicados, sobre todo si la persiana está instalada en altura. Esto es especialmente importante en el caso de las persianas que se renuevan.

Bobinado interno

El mantenimiento de las persianas enrollables con cajones interiores se simplifica enormemente gracias a sus frentes desmontables, lo que facilita la localización de averías y el mantenimiento.

La eficacia del aislamiento térmico y acústico mejora cuando se maximiza el espacio entre el acristalamiento y la hoja de la puerta, lo que también refuerza la rotura de puente térmico y reduce la pérdida de energía.

Esta opción de instalación está disponible específicamente para las persianas enrollables diseñadas para renovación.

Desde un punto de vista estético, una persiana enrollable interior tiene la ventaja de situar la parte curva de las lamas en el exterior, un detalle que suelen valorar quienes conceden especial importancia al aspecto visual de su vivienda. Se adapta mejor a las viviendas contemporáneas.